Guía  #1 Competencias comunictativas y aprendizaje autónomo.

Autoregulación

Acerca del e-portafolio y la autorregulación a través de este, la revista Iberoamericana de educación (N.55) en artículo publicado en 2011, Del Valle, Morales y Sumario afirman: “ Dicha herramienta es más que una simple colección de trabajos; se trata de un instrumento que sirve para reflexionar acerca del proceso de enseñanza-aprendizaje que se lleva a cabo, con el fin de identificar los posibles errores que se cometen durante el mismo, realizar una autoevaluación de los procesos educativos y posibilitar así un aprendizaje autónomo y permanente”

Las herramientas que pone a nuestro alcance la web 2.0 nos guían en un trabajo autónomo, permanente y colaborativo que de manera simultánea construyen saber, disciplina y desarrollan un pensamiento crítico dentro de un contexto de respeto para lograr el cumplimiento de metas de manera personal y colectiva.

Ahora, la pregunta es, más allá de las nuevas herramientas que tenemos a nuestra disposición para desarrollar o complementar nuestro proceso formativo, hemos sido preparados para el aprendizaje autónomo? Mi respuesta es NO, la vida escolar de la mayoría transcurrió dentro de colegios de educación tradicional donde basados en principios, métodologías y técnicas pedagógicas probadas durante mucho tiempo, nos enseñaron a hacerle caso a la campana, al timbre para salir a recreo, para ir a casa, para cambiar de clase, un elemento sicoacústico que parececía tener mucho más poder en el colegio que el mismo rector. Este sonido nos enseñó que estamos determinados por un tiempo, predestinados en nustra jornada y limitados en nuestro deber hacer y querer hacer.

Qué pasa si nos quitan la campana, qué pasa si no tengo un horario de trabajo impuesto por alguien que debe tener poder sobre mis actos o si no tengo clases magistrales o cátedras rígidas?. Esto en un problema de grandes dimensiones porque el nuevo camino marca un cambio total no sólo en la organizacón si no en la definición de responsabilidad, el compromiso ahora no es con quien califica, con quien ejerce autoridad, si no con mi proceso, con mis metas, con mi propio éxito y esto debe hacerse rompiendo todos los paradigmas que tenemos anclados acerca de la manera correcta de hacer las cosas, y acá, en este punto nuestor “gran problema” se convierte en una gran oportunidad, estaremos mejor preparados y con un ingrediente que nos hará diferentes: la estructura de pensamiento propositivo, generador de estrategias que no obedece una campana en manos de otro si no que desarrolla sus propias normas para construir una historia de emprendimiento.